Mohandas Karamchand Gandhi (Porbandar, 2 de octubre de 1869 – Nueva Delhi, 30 de enero de 1948) fue un abogado, pensador y político indio.
En todo el mundo se lo conoce como Mahatma Gandhi (en sánscrito e hindi, la palabra majātmā significa ‘gran alma’, siendo majā: ‘grande’ y ātmā: ‘alma’), nombre honorífico acuñado por primera vez por Rabindranath Tagore. En India también se lo conocía como Bapu (guyaratí: બાપુ bāpu: ‘padre’).
Desde 1918 figuró abiertamente al frente del movimiento nacionalista indio. Instauró nuevos métodos de lucha (las huelgas y huelgas de hambre), y en sus programas rechazaba la lucha armada y predicaba la no violencia como medio para resistir al dominio británico. Pregonaba la total fidelidad a los dictados de la conciencia, llegando incluso a la desobediencia civil si fuese necesario; además, bregó por el retorno a las viejas tradiciones indias. Mantuvo correspondencia con León Tolstói, quien influyó en su concepto de resistencia no violenta. Destacó la Marcha de la sal, una manifestación a través del país contra los impuestos a que estaba sujeto este producto.
- Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
- La violencia es el miedo a los ideales de los demás.
- Puesto que yo soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio.
- La voz interior me dice que siga combatiendo contra el mundo entero, aunque me encuentre solo. Me dice que no tema a este mundo sino que avance llevando en mí nada más que el temor a Dios.
- Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro. La vida es un todo indivisible.
- Casi todo lo que realice será insignificante, pero es muy importante que lo haga.
- No hay camino para la paz, la paz es el camino.
- Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego.
- En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle.
- No dejes que se muera el sol sin que hayan muerto tus rencores.